Montaña rusa

Hace algunos años G me decía que mi vida era como una montaña rusa. Unos días iba hacia arriba, otros días caía en picado y en otros sorprendía a todos e incluso a mi misma haciendo un par de rizos y tres tirabuzones. Era emocionante, sí, pero a veces acababa un poco mareada. Aún así había que correr el riesgo.
Desde hace una temporada mi vida vuelve a ser como antes, pero con la diferencia de que ya no soy tan joven ( empiezo a hablar como mi abuela...vitaminas yaaaaa!!!!!) y que ahora parece que paso más días bajando que subiendo. Se que en parte esto me pasa por tener en la cabeza a la niña-que-no-me-deja-vivirrrrrrr!!! Aunque los días de subida, como ayer, son como oasis en el desierto. A ver si el próximo coincide con un sábado, con su consiguiente domingo de relax, porque a este paso mis ojeras se van a hacer demasiado famosas en mi curro...