Este fin de semana no tenía pensado ir a ningún sitio y lo de salir por el pueblo este no me hace mucha gracia. El viernes por la tarde conseguí unas cuantas películas para ir pasando el fin de semana tranquilita, pero al final de tranquilidad nada.
El sábado por la tarde me sorprende la llamada de V porque quería que fuéramos a tomar un café. Motivo: Se ha enamorado. Me lo dijo con una cara de preocupación que a mí (ilusa de mi) no me quedó más remedio que preguntar qué era lo que pasaba. Resumiendo una media hora de conversación creo que la idea era que está con un chico que le gusta mucho, pero que no le hace mucho caso, y su problema es que ahora también le gusta otro chico y no sabe si liarse con los dos.
Pero lo peor de todo es cuando al final me pregunta: Qué hago?????. Odio esa pregunta, nunca sé qué contestar y al final siempre me acabo yendo por las ramas. Como de costumbre dije algo para salir del paso y comencé a preguntarle algunas cosillas para que volviese a ser ella quien siguiera hablando. Y al final me pidió que saliera el sábado por la noche por alguna paranoia de su cabeza.
Acabé saliendo sin muchas ganas pero me fui animando porque hubo suerte y se estaban portando bien con la música ( una música horrible según mis amigas) en el par de bares a los que fuimos. El alcohol también hizo lo suyo, pero sobre todo en V. Como estaba tan nerviosa bebió más de la cuenta y para cuando llegó el chico que le gusta ya no podía casi ni articular palabra. A mitad de noche, cuando mejor me lo estaba pasando, tuve que coger a mi amiga, llevarla a casa e intentar que dejara de patalear y llorar. Después de un buen rato de presenciar el lamentable espectáculo, parecía que su estado etílico era menor y por fin pude irme a la camita.
Y así estoy hoy como estoy, muerrrrrrrrrta. Pero por lo menos con tanta movida el sábado se me fue de la cabeza la niña que me trae lokaaaaaaa.